Poemas de "Voz Cautiva"
MARIA CRISTINA GARRIDO
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Sobre la cama muerta
muere el derecho no saciado
muere la fiebre que me hizo feliz
de arañar al silencio con un lápiz.
solo puedo vaticinar este acróstico informe
de dos mil veintidós
con treinta y nueve melancolías.
Aquí hay camas de siniestra verdad
que si intento dejarla sin amparo
de mi espalda
libero a la almohada de un tintineo culpable
que demasiado tarde me hablo al oído.
Tengo la sabana percudida
de rebeldes sudores
y entre sueños que lavan mis disturbios
se destine de culpas
y se pinta de paroxismos incurables
que tapian todos mis intentos de sueño.
Aún hay camas de la muerte
con una sepia de alma acostada
y una vieja sombra de costras
para tiempos que se acurrucan
como niños en un rincón.
La cama es para marcar
la sinonimia con la muerte
pero si me muero de ausencias
y de cuerpos
y de pasión
quien sabe si le deje la vida
a los dedos para que terminen
este informe de dos mil veintidós
con un ojo abierto a la letra todavía
y el otro cerrado al treinta y nueve después.
508
¿Si ya no quedasen hombres
con que decorar el vientre
y arruinarlo,
y no podre trascender en la desgracia
del amor?
¿En qué secreto escrúpulo
guardaremos las preguntas
que nos respondió el remordimiento?
Dónde está la entrega de mi destino,
sobre qué quimera sucumbió
o por cuál fraude?
¿Andaremos gallardos o pordioseros,
o huiremos de las indoles que se desusan?
¿Buscaremos el perdón de los rebeldes
o mataremos las rabias de los sumisos?
¿Dónde encontramos calabozos de absolución,
en las regias manos de la honra
o en la corte de los trotamundos?
Y si al fin llegara el sexo
aunque fuera una cuestión…
¿Rehusare la gloria de los temblores
o convertiré mi cuerpo
en la servidumbre del placer?
507
Cuando las cautivas
se echan a llorar
sobre la nada
o sobre todo lo pavoroso
que es la nada
me siento vengadora
de ultrajes que pudieron
ser nuestros.
Los mios
en silencio
les llegan de contrabando
con la etiqueta del odio
y entre los suyos
y mis rencores
recobramos, aunque breve
esa pequeña península
que es la libertad.
Las cautivas
en el asiduo acoso
de la penitencia
cuelgan la celda
en tendederas de almas.
allí escurren su único uso
de la razón intransigente
para no repetir pasados ni fatigas
ni sumarse con las ruinas.
Se arrabian en grupos
sobre las camas
para vomitar cuando desterraron
sus terrores.
Ahora las cautivas
ya no tienen miedo.
Los muros donde duermen
son más blandos
que las paredes de sus
entrañas.
679
Me han puesto en una celda hirsuta
de dos por cuatro
la jefa ejercitada en la diatriba.
Apenas hay espacio para que caminen
los demonios del pasado
allanados por la fobia.
Sin embargo, estoy en mi paz de los perdones.
Puedo mirar por sobre el hombro serio
del vacío acorralado
sin temor a caerme en ese largo vertido redondo.
Es allí donde hierven los espectros.
Mi visita la jefa que cree
en el homo sapiens de la barbita
porque Dios, afirma,
no es precisamente un democrático
con eso de echarle miedo al ateísta.
Me pican las chinches
y otros fósiles de confinamiento
jejenes diminutos
que no sé dónde llevan mi sangre
y el clásico mosquito chupador
hasta vinagre de las arterias.
Yo soy una terrorista
que nadie mira
que no vacila en las ideas
que me ponen fusil en las palabras.
Por eso muchos temen perder sus prebendas
sus mascaritas y la condicional.
Yo soy Garrido
con un temple de ayer para mañana
con una celda que esta
entre mi sometimiento y la vida,
con una hermana gemela
para multiplicar la dignidad
quien me notifica los amigos
mi cojonudo cuñado.
Yo sigo en mi paz de los perdones
vecina de sus pánicos propagandistas,
vecinos de mi Republicano partido
invasor.
524
Espera por tus hijas que te esperan.
Ya murió mi padre
-sin vástagos ni pueblo-,
y murió la vergüenza
donde la solicitud deshonra.
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María Cristina Garrido (Quivicán, Cuba, 1982). Poeta y activista cubana. En 2008 ganó el Primer Premio Nacional del Concurso Tabacalero Carlos Baliño. Integrante del Partido Republicano de Cuba, delegada de la Fundación Vuelta abajo por Cuba y miembro de la Federación Latina de Mujeres Rurales (FLAMUR) y de la Fundación Vuelta Abajo por Cuba. Fue detenida el 12 de julio 2021, golpeada por la policía política cubana, y sometida a una desaparición forzada por 18 días. Por supuestamente liderar las protestas del 11 de julio de 2021 en Quivicán, Mayabeque, fue juzgada en enero de 2022 con una petición fiscal de 15 años de privación de libertad y finalmente condenada a siete años. Actualmente cumple su condena en la prisión de El Guatao, donde ha denunciado los castigos, tortura, prohibiciones de visitas y llamadas de familiares, y ostracismo, a los que ha sido sometida. Ha publicado Examen de tiempo (Ilíada Ediciones, 2022), y Voz cautiva (Ediciones Deslinde, Madrid, 2023) con su poesía escrita de manera clandestina en la cárcel.