Poemas de "Voz Cautiva"

MARIA CRISTINA GARRIDO

349

Sobre la cama muerta

muere el derecho no saciado

muere la fiebre que me hizo feliz

de arañar al silencio con un lápiz.

solo puedo vaticinar este acróstico informe

de dos mil veintidós

con treinta y nueve melancolías.

Aquí hay camas de siniestra verdad

que si intento dejarla sin amparo

de mi espalda

libero a la almohada de un tintineo culpable

que demasiado tarde me hablo al oído.

Tengo la sabana percudida

de rebeldes sudores

y entre sueños que lavan mis disturbios

se destine de culpas

y se pinta de paroxismos incurables

que tapian todos mis intentos de sueño.

Aún hay camas de la muerte

con una sepia de alma acostada

y una vieja sombra de costras

para tiempos que se acurrucan

como niños en un rincón.

La cama es para marcar

la sinonimia con la muerte

pero si me muero de ausencias

y de cuerpos

y de pasión

quien sabe si le deje la vida

a los dedos para que terminen

este informe de dos mil veintidós

con un ojo abierto a la letra todavía

y el otro cerrado al treinta y nueve después.

 

508

¿Si ya no quedasen hombres

con que decorar el vientre

y arruinarlo,

y no podre trascender en la desgracia

del amor?

¿En qué secreto escrúpulo

guardaremos las preguntas

que nos respondió el remordimiento?

Dónde está la entrega de mi destino,

sobre qué quimera sucumbió

o por cuál fraude?

¿Andaremos gallardos o pordioseros,

o huiremos de las indoles que se desusan?

¿Buscaremos el perdón de los rebeldes

o mataremos las rabias de los sumisos?

¿Dónde encontramos calabozos de absolución,

en las regias manos de la honra

o en la corte de los trotamundos?

Y si al fin llegara el sexo

aunque fuera una cuestión…

¿Rehusare la gloria de los temblores

o convertiré mi cuerpo

en la servidumbre del placer?

 

507

Cuando las cautivas

se echan a llorar

sobre la nada

o sobre todo lo pavoroso

que es la nada

me siento vengadora

de ultrajes que pudieron

ser nuestros.

Los mios

en silencio

les llegan de contrabando

con la etiqueta del odio

y entre los suyos

y mis rencores

recobramos, aunque breve

esa pequeña península

que es la libertad.

Las cautivas

en el asiduo acoso

de la penitencia

cuelgan la celda

en tendederas de almas.

allí escurren su único uso

de la razón intransigente

para no repetir pasados ni fatigas

ni sumarse con las ruinas.

Se arrabian en grupos

sobre las camas

para vomitar cuando desterraron

sus terrores.

Ahora las cautivas

ya no tienen miedo.

Los muros donde duermen

son más blandos

que las paredes de sus

entrañas.

 

679

Me han puesto en una celda hirsuta

de dos por cuatro

la jefa ejercitada en la diatriba.

Apenas hay espacio para que caminen

los demonios del pasado

allanados por la fobia.

Sin embargo, estoy en mi paz de los perdones.

Puedo mirar por sobre el hombro serio

del vacío acorralado

sin temor a caerme en ese largo vertido redondo.

Es allí donde hierven los espectros.

Mi visita la jefa que cree

en el homo sapiens de la barbita

porque Dios, afirma,

no es precisamente un democrático

con eso de echarle miedo al ateísta.

Me pican las chinches

y otros fósiles de confinamiento

jejenes diminutos

que no sé dónde llevan mi sangre

y el clásico mosquito chupador

hasta vinagre de las arterias.

Yo soy una terrorista

que nadie mira

que no vacila en las ideas

que me ponen fusil en las palabras.

Por eso muchos temen perder sus prebendas

sus mascaritas y la condicional.

Yo soy Garrido

con un temple de ayer para mañana

con una celda que esta

entre mi sometimiento y la vida,

con una hermana gemela

para multiplicar la dignidad

quien me notifica los amigos

mi cojonudo cuñado.

Yo sigo en mi paz de los perdones

vecina de sus pánicos propagandistas,

vecinos de mi Republicano partido

invasor.

 

524

Espera por tus hijas que te esperan.

Ya murió mi padre

-sin vástagos ni pueblo-,

y murió la vergüenza

donde la solicitud deshonra.  

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María Cristina Garrido (Quivicán, Cuba, 1982). Poeta y activista cubana. En 2008 ganó el Primer Premio Nacional del Concurso Tabacalero Carlos Baliño. Integrante del Partido Republicano de Cuba, delegada de la Fundación Vuelta abajo por Cuba y miembro de la Federación Latina de Mujeres Rurales (FLAMUR) y de la Fundación Vuelta Abajo por Cuba. Fue detenida el 12 de julio 2021, golpeada por la policía política cubana, y sometida a una desaparición forzada por 18 días. Por supuestamente liderar las protestas del 11 de julio de 2021 en Quivicán, Mayabeque, fue juzgada en enero de 2022 con una petición fiscal de 15 años de privación de libertad y finalmente condenada a siete años. Actualmente cumple su condena en la prisión de El Guatao, donde ha denunciado los castigos, tortura, prohibiciones de visitas y llamadas de familiares, y ostracismo, a los que ha sido sometida. Ha publicado Examen de tiempo (Ilíada Ediciones, 2022), y Voz cautiva (Ediciones Deslinde, Madrid, 2023) con su poesía escrita de manera clandestina en la cárcel.

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