DEMI
Nacida en Camagüey (Cuba) en 1955, Demi es una de las artistas cubanoamericanas más aclamadas por la crítica, que trabaja en Estados Unidos. El tema principal de DEMI son los niños. Representa un universo vibrante e íntimo en torno a los niños, pero su visión no es ni dulce ni inocente. La Demi pinta a niños luminosos y poderosos cuyas vidas han estado expuestas a los caprichos del mundo adulto. Pinta el gran mundo a través de los ojos de los niños pequeños. Sus niños son supervivientes.
Demi conoce de primera mano la difícil situación de los niños cuyo destino se ve alterado por acontecimientos devastadores. Su padre fue ejecutado en la Cuba castrista cuando DEMI era aún una niña. Demi tuvo que vivir en el exilio y acabó estableciéndose en Miami, donde más tarde asistió al Miami-Dade College. DEMI es un sobrenombre para indicar que su vida se vio cortada por la mitad por el exilio, y enfatiza la individualidad y la ambigüedad evitando el uso de un apellido.
«Pertenezco a un grupo olvidado: los hijos de los ejecutados en Cuba por motivos políticos», afirma la artista. «Hijos e hijas aún demasiado jóvenes para comprender por qué nos enfrentábamos a la muerte, la separación y la soledad. Mis cuadros florecen de las profundidades interiores de esos recuerdos de infancia».
En 1978, Demi conoció a Arturo Rodríguez, un talentoso pintor cubano-americano que se convirtió en su compañero de vida y mentor artístico, dando forma a su viaje creativo. Su matrimonio en 1984 marcó el comienzo de una colaboración artística que sigue floreciendo en Miami.
Demi emplea deliberadamente un estilo ingenuo y pinta principalmente niños. Sus sujetos son desnortados, andróginos, antinaturalmente maduros y nada inocentes, reflejo de sus experiencias precoces, a veces carentes de orejas (porque no pueden oír) y con la boca cerrada en silencio con chupetes gigantes (porque no se les oye la voz). Aunque arraigados en su historia personal, estos temas son imaginarios y universales, con poderosas connotaciones sociales y políticas.
La obra de Demi ha sido aclamada por la crítica a lo largo de sus más de 25 años de carrera artística. Su obra se utiliza a menudo para concienciar sobre los derechos de la infancia. Los Archivos de Arte Americano del Smithsonian recogen los principales registros de DEMI desde 1998. En 2009, Demi fue invitada por Miguel Díaz, embajador de Estados Unidos ante la Santa Sede, a exponer su obra en la residencia de la embajada estadounidense en Ciudad del Vaticano. Las obras de Demi se han publicado internacionalmente y se han expuesto ampliamente en museos y galerías de Francia, Italia, Suiza, Panamá, Puerto Rico y Estados Unidos.